Protección responsable: Buenas prácticas de vacunación en mascotas

Bio Zoo Correcta vacunación

Correcta vacunación

Autor para correspondencia

MVZ. Ana L. Oregon

contacto@biozoo.com.mx

“Cuando una persona adopta una mascota, adquiere una gran responsabilidad, de cuidarla, quererla, alimentarla y mantenerla sana.” Ambar G.

Los animales de compañía ocupan un lugar destacado en la sociedad actual. Tener uno puede producir efectos beneficiosos en la vida de las personas ya que proporcionan compañía, estimulan el contacto social, la responsabilidad y promueven el ejercicio físico. Para mantener a una mascota en condiciones óptimas será necesario que el dueño lleve a cabo ciertas actividades, algunas una sola vez en la vida (como identificarle y esterilizarle) y otras de manera rutinaria como fijar la fecha de las visitas periódicas al veterinario y para su vacunación.

La vacunación desempeña un papel de suma importancia en la protección de las mascotas contra varias enfermedades infecciosas graves. Estas enfermedades en el mejor de los casos pueden tener un efecto grave en su bienestar y en el peor de los casos son incurables o tienen opciones de tratamiento limitadas y costosas. Afortunadamente, se han desarrollado vacunas seguras, efectivas y de alta calidad para hacer frente a muchas de estas amenazas.

Además, tenemos que tomar en cuenta que al proteger a una mascota de enfermedades infecciosas también se protege a los dueños y a la sociedad. Desde la perspectiva de Un mundo, una salud, un ejemplo exitoso de control de enfermedades en México es el de la rabia humana ocasionada por mordedura de perro, que disminuyó de 62 casos (en 1990) a cero casos (en 2016) y la Organización Mundial de la Salud declaró al país libre de la enfermedad en el 2019.



Vacunación a la medida

La vacunación es un acto de ciencia con base en conocimiento actual de las amenazas de enfermedades infecciosas. Se debe comprender que no hay una sola solución ideal para desarrollar el protocolo de vacunación de las mascotas. Las buenas prácticas consideran a las mascotas como individuos que deben ser evaluados para determinar qué vacunas son apropiadas para estos.

Por esta razón el médico veterinario debe de hacer una evaluación clínica completa de la mascota. Durante esta evaluación el médico no solo realizara un examen físico al animal, sino que también tomará una historia clínica completa, en la que recopilara información para determinar las necesidades de su paciente, por ejemplo:

  • Hábitos de la mascota: ¿Se le ofrece alimento comercial seco, dieta cruda o cocinada en casa? ¿Es un animal de compañía o también realiza actividades de trabajo? ¿Su hábitat es en interior o exterior, urbano o rural? ¿Es su primer ciclo de vacunación o se aplicará un refuerzo? ¿Cuándo fue la ultima vez que se vacunó?
  • Edad de la mascota: en cachorros se debe determinar el momento idóneo para iniciar la vacunación (no debe realizarse ni demasiado temprano cuando el animal aun puede disponer de anticuerpos maternos, ni tampoco demasiado tarde porque se dejaría desprotegido durante algún tiempo). En adultos la edad también puede afectar la respuesta inmunitaria y el médico veterinario debe decidir si se deben aplicar refuerzos.
  • Hábitos del dueño: ¿Realiza viajes locales e internacionales? ¿Planea viajar con la mascota? ¿Cuida a la mascota durante el paseo o la deja vagar a voluntad? ¿Tiene más mascotas de esta especie o es un hogar multiespecie?

Una vez que el médico veterinario ha realizado la evaluación clínica de la mascota podrá desarrollar un plan de vacunación a su medida.

Vacunas esenciales y no esenciales:

El médico veterinario tiene a su disposición guías para realizar una inmunización efectiva en sus pacientes, como las directrices para la vacunación de perros y gatos publicada por la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA por sus siglas en inglés). En esta se divide a las vacunas en esenciales y no esenciales.

Las vacunas esenciales son aquellas que exige la ley y/o previenen enfermedades especialmente contagiosas, generalizadas o graves. Todas las mascotas deben de recibir estas vacunas independientemente de sus circunstancias específicas o ubicación geográfica. Las vacunas no esenciales se requieren sólo para aquellos animales cuya ubicación geográfica, medio ambiente local o el estilo de vida, los coloca en riesgo de contraer infecciones específicas.

Vacunación en perros

Con base a su tasa de infectividad y mortalidad, se considera como vacunas esenciales para los perros a las que protegen contra el distemper o moquillo canino, parvovirus canino y contra la hepatitis infecciosa canina. El médico veterinario cuenta con diferentes productos en el mercado con los que puede aplicar estas vacunas a la medida del paciente. Por ejemplo: un cachorro muy pequeño, huérfano o rechazado por la madre tiene más posibilidades de presentar reacciones de hipersensibilidad al aplicarle vacunas que contienen varios antígenos. Si después de realizar la historia clínica sabemos que su hábitat es de interior y no será expuesto a animales extraños, el médico veterinario puede elegir iniciar el calendario de vacunación con un solo antígeno como el Parvovirus canino, ya que es una enfermedad altamente infecciosa que puede ser introducida al hogar por objetos como los zapatos de sus habitantes o hasta por moscas que tuvieron contacto con el virus en el exterior. Para el refuerzo vacunal, se pueden elegir productos que incluyen los demás antígenos esenciales.

En cuanto a las vacunas no esenciales estas incluyen las que ofrecen inmunidad contra leptospirosis canina, la parainfluenza canina, Bordetella bronchiseptica y contra la rabia.

La rabia es una enfermedad grave que puede afectar al ser humano, razón por la que en las zonas donde es endémica, como Latinoamérica, es obligada por la ley. La leptospirosis, provocada por la bacteria Leptospira spp., es una enfermedad seria y potencialmente fatal. Normalmente sobrevive en ambientes húmedos y se transmite principalmente por roedores a través de su orina. En el pasado se consideraba una “enfermedad rural”, sin embargo, debido al crecimiento de las ciudades y la proliferación de roedores en estas todos los perros son susceptibles a la enfermedad, razón por la que se recomienda su aplicación.

La bacteria Bordetella bronchiseptica y el virus de la parainfluenza canina son parte del complejo de la “Tos de las perreras”, causante de problemas respiratorios como tos, descargas nasales, fiebre y perdida de energía. Los perros que están estresados tienen una enfermedad respiratoria subyacente, entran en contacto frecuente con otros perros y/o tienen un sistema inmunológico débil tienen el mayor riesgo de contraer tos de las perreras. Por lo tanto, se recomienda aplicar las vacunas adecuadas a los perros de competencia, que frecuenten pensiones o estéticas caninas o que presenten alguna enfermedad debilitante.

La vacunación en cachorros debe de iniciar entre las 6 y 8 semanas de nacido y después se aplican refuerzos cada 2 o 3 semanas hasta alcanzar 16 semanas de edad. Existen casos en los que un perro no produce los anticuerpos suficientes después de este último refuerzo, por ello se puede aplicar un refuerzo vacunal a los 6 meses de edad o 3 meses después del último refuerzo aplicado.


Vacunación en gatos

La vacunación juega un papel de suma importancia para mantener a los gatos libres de las enfermedades infecciosas felinas más graves.

Se consideran como esenciales a las vacunas contra el parvovirus, el herpesvirus y el calicivirus felino. Estas ofrecen protección contra la enteritis infecciosa felina y la rinotraqueitis felina. Al igual que en los perros la vacuna contra la rabia es obligada por la ley.

Las vacunas no esenciales se aplican a los gatos en situación de riesgo y son las que ofrecen protección contra el virus de la leucemia felina, la Chlamydia felis y la Bordetella bronchiseptica. El virus de la leucemia felina se considera endémico en varios países, por lo tanto se recomienda realizar una prueba de detección en los gatos que no se tenga historial clínico antes de aplicar su vacuna.

Los gatitos pueden iniciar su vacunación a las 6 semanas de edad, los médicos veterinarios tienen disponibles productos que contienen los tres antígenos esenciales. Se deben de aplicar refuerzos en intervalos de 2 o 3 semanas hasta que el gatito cumpla 16 semanas de edad. La vacuna contra la rabia se puede aplicar desde las 12 semanas de edad.

Para gatos adultos es posible que las vacunas se deban administrar a intervalos de un año, dependiendo de la marca de vacuna que se esté utilizando.

Buenas prácticas de vacunación:

Llevar a cabo buenas prácticas de vacunación no solo ayuda a llevar a cabo protocolos de inmunización eficaces para las mascotas, sino que permiten que la visita de vacunación se convierta en una evaluación de bienestar en la que el dueño puede discutir con el médico veterinario cualquier inquietud que tenga sobre la salud de su mascota. De la misma manera permite que el médico veterinario pueda realizar un examen completo de salud y evitar problemas desde la raíz. Así se promueve el cuidado integral de la mascota, aumentado el grado de confianza en la práctica veterinaria.

Definiciones:

Antígeno: Sustancia que al introducirse en el organismo induce en éste una respuesta inmunitaria, provocando la formación de anticuerpos.

Inmunización: Técnica usada para causar una respuesta inmunitaria que da lugar a la resistencia a una enfermedad específica; en particular, una enfermedad infecciosa.

Bibliografía

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